miércoles, 29 de agosto de 2018

Mi madre tenia muchos problemas


Había estado adelgazando peligrosamente, perdía pelo y estaba deprimiéndose.
Era irritable, gruñona y amargada.
Hasta que un día, de pronto, ella cambió.

La situación estaba igual, pero ella era distinta.

"Amor -dijo mi padre- llevo tres meses buscando trabajo y no he encontrado nada, voy a echarme unas cervezas con los amigos."

-Ah, okey.-Contestaba mi madre. -Ya encontrarás.

"Mamá -dijo mi hermano- voy mal en todas las materias en la facultad."

-Ah, okey. -Respondió mi madre. -Ya te recuperarás y si no pues repites el semestre. Pero te lo pagas tú.

"Mamá- dijo mi hermana- me di un golpe con el coche."

-Ah, okey. -Suspiró mi madre. -llévalo al taller, busca como pagar y por lo pronto muévete en bus.

"Nuera -llegó diciendo su suegra, que siempre la fustigaba y encaraba-,
vengo a pasar unos meses con ustedes."

-Ah, okey. -dijo mi madre. -Acomódese en el sofá y busca unas mantas del armario.

Todos se reunieron preocupados al ver estas "no reacciones" de mi madre. Sospechaban que hubiera ido al médico para que le recetara unas pastillas de Meimportauncarajo de 1000 mgs.
Seguramente estaría ingiriendo una sobredosis.

Propusimos hacer una "intervención" a mi madre para alejarla de cualquier posible adicción que tuviera hacia algún medicamento anti-berrinches.

Pero cual fue nuestra sorpresa que, cuando nos reunimos en torno a ella, explicó:

-"Me llevó mucho tiempo darme cuenta de que cada quien es responsable de su vida.

Me tomó años descubrir que mi angustia, mi mortificación, mi depresión, mi enojo, mi insomnio y mi estrés, no sólo NO resolvían sus problemas sino que AGRAVABAN los míos.
YO NO SOY RESPONSABLE DE LAS ACCIONES DE LOS DEMÁS, PERO SÍ SOY RESPONSABLE DE LAS REACCIONES QUE EXPRESE ANTE ESO.

Por lo tanto, llegué a la conclusión de que mi deber para conmigo misma es mantener la calma y dejar que cada quien resuelva lo que le corresponde.

He tomado cursos de yoga, de meditación, de Milagros, de Desarrollo Humano, de Higiene Mental y de Programación Neurolingüística... y hay un común denominador: QUE YO SÓLO PUEDO TENER INJERENCIA SOBRE MÍ MISMA, USTEDES TIENEN TODOS LOS RECURSOS NECESARIOS PARA RESOLVER SU PROPIA VIDA.

Yo sólo podré darles mi consejo si acaso me lo pidieran y de ustedes depende seguirlo o no.

Así que de hoy en adelante, yo dejo de ser el receptáculo de sus responsabilidades, el saco de vuestras culpas, la lavadura de vuestros remordimientos, la abogada de sus faltas, la depositaria sus deberes o la rueda de refacción para cumplir sus responsabilidades.

Los declaro a todos adultos independientes y autosuficientes."

Todos se quedaron mudos.
Ese día la familia comenzó a funcionar mejor...
Porque cuando mamá está bien, todos en la casa sabrán lo que les toca hacer...

AUTORA:
Una mujer feliz





domingo, 19 de agosto de 2018

Te deseo


Gracias Amanda por enviármelo 




Te deseo primero que ames,
y que amando, también seas amado.
Y que, de no ser así, seas breve en olvidar
y que después de olvidar, no guardes rencores.
Deseo, pues, que no sea así, pero que sí es,
sepas ser sin desesperar.

Te deseo también que tengas amigos,
y que, incluso malos e inconsecuentes
sean valientes y fieles, y que por lo menos
haya uno en quien confiar sin dudar.
Y porque la vida es así,
te deseo también que tengas enemigos.
Ni muchos ni pocos, en la medida exacta,
para que, algunas veces, te cuestiones
tus propias certezas. Y que entre ellos,
haya por lo menos uno que sea justo,
para que no te sientas demasiado seguro.

Te deseo además que seas útil,
más no insustituible.
Y que en los momentos malos,
cuando no quede más nada,
esa utilidad sea suficiente
para mantenerte en pie.

Igualmente, te deseo que seas tolerante,
no con los que se equivocan poco,
porque eso es fácil, sino con los que
se equivocan mucho e irremediablemente,
y que haciendo buen uso de esa tolerancia,
sirvas de ejemplo a otros.

Te deseo que siendo joven no
madures demasiado deprisa,
y que ya maduro, no insistas en rejuvenecer,
y que siendo viejo no te dediques al desespero.
Porque cada edad tiene su placer
y su dolor y es necesario dejar
que fluyan entre nosotros.

Te deseo de paso que seas triste.
No todo el año, sino apenas un día.
Pero que en ese día descubras
que la risa diaria es buena, que la risa
habitual es sosa y la risa constante es malsana.

Te deseo que descubras,
con urgencia máxima, por encima
y a pesar de todo, que existen,
y que te rodean, seres oprimidos,
tratados con injusticia y personas infelices.

Te deseo que acaricies un perro,
alimentes a un pájaro y oigas a un jilguero
erguir triunfante su canto matinal,
porque de esta manera,
sentirás bien por nada.

Deseo también que plantes una semilla,
por más minúscula que sea, y la
acompañes en su crecimiento,
para que descubras de cuantas vidas
está hecho un árbol.

Te deseo, además, que tengas dinero,
porque es necesario ser práctico,
Y que por lo menos una vez
por año pongas algo de ese dinero
frente a ti y digas: “Esto es mío”.
sólo para que quede claro
quién es el dueño de quién.

Te deseo también que ninguno
de tus defectos muera, pero que si
muere alguno, puedas llorar
sin lamentarte y sufrir sin sentirte culpable.

Te deseo por fin que, siendo hombre,
tengas una buena mujer, y que siendo
mujer, tengas un buen hombre,
mañana y al día siguiente, y que cuando
estén exhaustos y sonrientes,
hablen sobre amor para recomenzar.

Si todas estas cosas llegaran a pasar,
no tengo más nada que desearte.

Victor Hugo (Besanzón, 26 de febrero de 1802 – París, 22 de mayo de 1885)

lunes, 6 de agosto de 2018

El Escorpión y el maestro


Un maestro del Oriente, vio que un escorpión se estaba ahogando y decidió sacarlo del agua, pero cuando lo hizo, el escorpión lo picó. Por la reacción de dolor al maestro se le cayó el animal al agua... otra vez estaba ahogándose. El maestro intentó sacarlo otra vez y una vez más el animal lo picó.

Alguien que estaba viendo al maestro se le acercó y le dijo: “Perdone, ¡pero usted es un terco! ¿no ve que cada vez que trata de sacar al escorpión del agua lo va a morder?

El Maestro le respondió: “La naturaleza del escorpión es picar, la mía es ayudar y su naturaleza no va a cambiar la mía”.

Así que con la ayuda de una hoja, el maestro lo sacó del agua y le salvó la vida al escorpión, y continuó diciendo:

 “No cambies tu naturaleza. Si alguien te hace algo malo, aprende de ello. Cuando la vida te de razones para llorar, descubre que tienes más razones para sonreír. Preocúpate más por Tu consciencia que por tu reputación. Porque tu consciencia es lo que tú eres y tu reputación es lo que los otros piensan de ti. Y lo que los otros piensen de ti es problema de ellos y no tuyo.




viernes, 3 de agosto de 2018

La vida es como un viaje en tren


Con sus estaciones, sus cambios de vías y sus accidentes! Algunos tomarán el tren para realizar un simple paseo… Otros harán un largo viaje.

Al nacer nos subimos al tren y nos encontramos con nuestros padres, y creemos que siempre viajarán a nuestro lado, pero desafortunadamente ellos se bajarán en alguna estación antes dejándonos solos en el viaje.

De la misma forma se subirán otras personas muy importantes y significativas como: nuestros hermanos, amigos, hijos y hasta el amor de nuestra vida. Muchos de ellos también se bajarán antes y dejarán un enorme vacío.

Otras personas también subirán al tren pero pasaran tan desapercibidas que ni cuenta nos daremos que desocuparon sus asientos!...  No cabe duda que este viaje estará lleno de alegrías, tristezas, fantasías, esperas y despedidas...

Es curioso; pero en el viaje en este tren veremos también cómo algunos pasajeros se acomodaran en vagones distintos al nuestro, (aún siendo personas muy cercanas a nosotros), como algunos seres queridos.

Durante todo el trayecto del viaje o la mayor parte de él: estaremos separados sin que exista ninguna comunicación entre nosotros, pero en realidad, nada nos impide que nos acerquemos a ellos si existe buena voluntad de nuestra parte… De lo contrario, puede ser tarde y encontraremos a otra persona en su lugar…

El gran misterio para todos, es que no sabemos en qué estación nos bajaremos, Como tampoco dónde bajarán nuestros compañeros de viaje, ni siquiera el que está sentado a nuestro lado. Por eso debemos vivir de la mejor manera, amar, perdonar, ofrecer lo mejor de nosotros..

Así, cuando llegue el momento de desembarcar y quede nuestro asiento vacío, dejemos bonitos recuerdos a los que continúan viajando en el tren de la vida!
Hagamos que nuestro viaje en este tren tenga significado y que haya valido la pena.

A veces pienso en el momento en el que me toque bajar del tren. ¿Sentiré nostalgia, temor, alegría, angustia...?  Separarme de los amigos que hice en el viaje, será doloroso y dejar a mis seres queridos solos, será muy triste.

Pero me aferro a la esperanza de que en algún momento, tendré la gran emoción de verlos llegar a la estación principal con un equipaje que no tenían cuando iniciaron su viaje. Lo que me hará feliz, será pensar que colaboré para que ellos crecieran y permanecieran en este tren hasta la estación final.