Vivimos con prisa, a un ritmo frenético, sin pararnos, sin darnos cuenta. Vivimos pensando que cuando nos jubilemos nos apuntaremos a un curso de cocina o de pintura.
Que tendremos el jardín arreglado lleno de flores como siempre nos ha gustado. Que practicaremos esa actividad que tanto nos gusta. Que disfrutaremos de paseos por la playa. Que nos retiraremos a respirar tranquilidad…
Siempre tenemos en la boca el: “no tengo tiempo”, “si me paro llego tarde”, “lo dejare para más adelante”, “quizás en otro momento”, “mejor lo hago mañana”,…
Entonces ¿qué dejamos para el presente? ¿En qué estamos invirtiendo nuestro tiempo? ¿Realmente hacemos aquello que nos gusta?
Tomate un tiempo ahora. No mañana ni el fin de semana. Si no en este preciso momento.
Coge papel y lápiz o abre un Word y haz una lista de todas las cosas que tienes pendientes: deporte, libro, película, entretenimiento/pasatiempo, excursión, cita, receta, visita, etc.
Ordena esas tareas en función de su importancia y preferencia. Una meta es algo que queremos conseguir y el hecho de estar hablando de cosas que nos gustan y que pertenecen a la esfera del ocio, hace que de entrada estemos más predispuestos para alcanzarla.
Lo que hoy son cosas pendientes que nos gustarían hacer, mañana se pueden convertir en cosas que deberíamos hacer.
Se trata de dedicar nuestro tiempo libre en aquello que realmente nos hace feliz. Empezar a dedicarlo ya, no postergarlo al mañana, cuando cambie la situación de hoy o cuando me jubile. Ahora es el momento