Cuenta la tradición que un niño tuvo un día un serio disgusto pues uno de sus compañeros accidentalmente destruyó uno de sus juguetes favoritos.
Escondido en la profundidad del bosque el niño rumiaba su furia, planeando diversas maneras de vengarse de su amigo, pero en cuanto el desquite tomaba forma en su mente, una voz interior calmadamente le decía que tenía que ser compasivo, que la violencia engendra violencia, que sin importar si el niño era culpable o no, él debía mostrar grandeza de espíritu y olvidarse del agravio sin resentimiento.
Totalmente confundido por el debate, llegó hasta donde su abuelo y le planteó el asunto. El anciano le explicó que dentro de su mente vivían dos lobos, uno de ellos era violento, vengativo, narcisista; el otro era compasivo, razonable, sereno, generoso… y ambos vivían en una pugna continua.
El niño miró al abuelo y preguntó: ¿Y cuál de los dos gana?
El sabio respondió sencillamente: El que tú alimentas.
Cuento de la tribu Cherokee
No hay comentarios:
Publicar un comentario